Sabemos que te gusta el queso, pero ¿qué sabes de su historia?

Nos gusta el queso. Como aperitivo, a media tarde, en una cena, en un cóctel… Solo o maridado con una copa de vino, tomar un poquito de queso es un auténtico placer. En José Fernández sabemos que también a vosotros os gusta el queso, y por eso preparamos unos deliciosos bodegones con distintos y sabrosos quesos al corte para que disfrutéis como nadie, por no hablar de las recetas que elaboramos y que llevan el queso incorporado, como sucede por ejemplo esta trufa con queso de cabra y semillas de amapola.

Pero al margen de que nos gusta el queso, ¿qué más sabemos de ellos? Hoy, en ‘Con una pizca de sal’ vamos  a volver la vista atrás para contaros algo sobre el origen del queso, y de su historia, tan unida a la propia historia del ser humano. Porque, ¿te has planteado alguna vez cuando nació algo tan cotidiano y tan presente en nuestras vidas como el queso?

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No hay muchos datos al respecto, pero se piensa que los primeros quesos aparecieron en el Neolítico. En ese momento, el ser humano comenzó a domesticar a los animales, y con la domesticación de la cabra y de la oveja, el hombre comenzó a elaborar quesos. En Egipto ya conocían los secretos del queso, con quesos que serían salados y con un sabor bastante fuerte. En la Grecia clásica, se comía el queso mezclado con miel, harina, aceite o pasas, mientras que en la Roma Imperial, los ciudadanos romanos ya lo comían condimentado con frutos secos, pimienta, piñones o pimienta. De hecho, en muchas regiones había casi tanta variedad de quesos como la tenemos hoy en día.

 

Una vez abandonada la Edad Antigua, y entrados en la Edad Media, el queso cobró nueva importancia, elaborándose nuevas y deliciosas varidades. Además, en esta época el queso se convirtió en un alimento fundamental sobre todo en los días de ayuno, desarrollándose especialmente cuando el comercio comenzó a crecer de nuevo con el aumento de la población urbana. Muchos quesos tienen su origen precisamente en la Edad Media o en la Edad Moderna. Por ejemplo, el queso cheddar nació en torno al año 1500, el parmesano nació en 1597 y el queso gouda, en 1697.

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En el siglo XIX, la historia del queso dio un importante vuelvo, cuando Louis Pasteur descubrió la pasteurización, olvidándose así los productores de utilizar leche cruda para elaborar este rico alimento y produciendo quesos más estandarizados. Ya en el siglo XX, como en todo, la fabricación del queso se modernizó tremendamente gracias a los descubrimientos producidos en los ámbitos de la química, las ténicas, y por supuesto, de la bacteriología, tan importante para darle ese sabor tan especial a muchos tipos de quesos, sin perder de vista el toque artesanal que tanto nos gusta en muchos quesos. Y tú.. ¿Tienes algún queso por el que sientas especial predilección?