El aceite de oliva, pese a su buena imagen, es uno de los grandes olvidados de la gastronomía española. Lo puedes ver en la agenda cultural de cualquier ciudad, en los que de forma habitual hay catas de vinos, de cervezas… Pero por ejemplo, las catas de aceite son bastante escasas, pese al intenso sabor que nos proporciona en cualquier plato y a la gran calidad de los aceites españoles en general y aragoneses en particular. Por suerte, poco a poco el aceite va ocupando el puesto que le corresponde en nuestra gastronomía gracias al esfuerzo de productores y cocineros por poner en valor este líquido alimento. Echar una chorradita de aceite de oliva sobre una rebana de pan con tomate para desayunar, junto al jamón serrano y con una copa de vino en el aperitivo, o en una deliciosa ensalada para comer son tradiciones nuestras que jamás deberíamos de perder.
Por eso, ¿te has planteado en alguna ocasión comparar distintos tipos de aceite, comparar sus sabores, la intensida, el aroma? Eso es lo que te proponemos hoy, que igual que has aprendido a saborear y apreciar los vinos, aprecies también los distintos tipos de aceites de los que podemos disfrutar sobre nuestra mesa. En las características de cada aceite de olvida influirán factores como la variedad de la aceituna, el terreno de cultivo, su grado de maduración, si ha sido aderezado con algún ingrediente más para darle sabor… Así que se te animas a realizar una cata de aceite en casa, júntate con varios amigos, compra algo de comida preparada en nuestra tienda ‘Saborea la vida’, prepara quesos y algún alimento más para maridad, prepara tus sentidos para disfrutar, y manos a la obra. De momento, aquí te dejamos una serie de pautas básicas.
El Color: El aceite debe poseer un atractivo amarillo verdoso o un amarillo pazijo, aunque hay que tener en cuenta que el color no es fundamental a la hora de establecer la calidad del aceite.
El Olfato : El olor dependerá mucho de la procedencia, y de su composición. Como bien sabrás, los aceites de oliva vírgenes tienen un aroma intenso y delicioso que atrapa a cualquiera. Los expertos recomiendan echar el aceite en un vaso, y taparlo o calentarlo con las manos, moviéndolo ligeramente para que los aromas se concentren y nuestro olfato pueda captarlos con precisión. Comprobarás que te llegan aromas a manzana, a hierba, a frutos secos…
El Sabor: Si oler un aceite es un auténtico placer, degustarlo supone entrar en una fiesta para los sentidos. Cierra los ojos y déjate llevar por las sensaciones que te inundarán. Sabores afrutados, frescos, almendrados, picantes, amargos… todo dependerá de la variedad y del origen del oro líquido de la gastronomía. Lo mejor es intentar asociar el sabor con un recuerdo que te venga a la cabeza mientras lo estás degustando.
El Tacto: Una vez en la boca, además de degustar el sabor, comprobarás su densidad, su consistencia, si el aceite es más suave, más fluido o más pastoso…
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