¡Jueves por la tarde! ¿Preparando ya el fin de semana? Seguro que has preparado en casa una de esas cenas con encanto que tanto nos gustan. Velas, copas bonitas… O quizás simplemente te apetecerá tomarte una copita de vino mientras cocinas, o mientras lees un libro en la terraza disfrutando de estos primeros calores.
Y puede que en más de una ocasión te hayas preguntado a qué temperatura hay que servir el vino para tomarlo rico rico y en su punto. A fin de cuentas, todos sabemos que si queremos apreciar adecuadamente el aroma, el sabor y los matices del vino, éste deberá servirse a una temperatura correcta.
Comencemos nuestro pequeño repaso por los vinos blancos sin barrica. Habrá que tomarlos en torno a los ocho o los diez grados de temperatura, una temperatura similar a la que deben de tener los vinos rosados. Los vinos blancos con barrica deberán ser servidos a una temperatura de entre 10 y 12 grados.
Una vez que terminanos con los blancos del aperitivo o de los pescados, es el turno de los tintos. Para empezar, los vinos tintos jóvenes sin barrica o de semicrianza, deberán tomarse a 14 o 15º. Los vinos tintos con crianzas pueden servirse con temperaturas que oscilan entre los 16 y los 18º. Recuerda que si están a mayor temperatura, la volatilidad del alcohol inunda el paladar y nos impide disfrutar de los matices del caldo.
Para acabar, nos quedan los vinos espumosos: pueden servirse con una temperatura de entre 6 y 8º, dependiendo de su calidad ¡A disfrutarlos!
Fotografías: La Cocina de José Fernández y Pinterest