¿Quién no ha disfrutado alguna vez del placer de tomar una copa de vino en casa mientras leía un buen libro o escuchaba algo de música? Su aroma, su sabor envolvente, es un placer que nos encanta sentir, en casa, o en una cena con amigos, en torno a unas tapas, o en el banquete de una celebración.
Pero además del placer que supone tomarse una copa de vino, cada vez hay más estudios que revelan que el consumo moderado de vino tiene numerosos beneficios para la salud, físicos, pero también psicológicos, al ayudar a relajar el cuerpo. Aquí te dejamos algunos de estos beneficios del consumo moderado de vino tinto, porque recuerda que en exceso, todo puede ser perjudicial…
1. El vino es antioxidante, por lo que en su justa medida, nos ayuda a luchar contra el envejecimiento.
2. Mantiene a raya las bacterias de la boca. Está demostrado que determinados compuestos presentes en el vino ayudan a frenar el crecimiento de los estreptococos, de las bacterias vinculadas a las caries, a la gingivitis. Podría incluso ayudar a combatir el dolor de garganta.
3. Ayuda a mejorar el funcionamiento del cerebro. Un consumo moderado de vino puede ayudar a que nuestro cerebro funcione mejor, e incluso podría ayudar a tener a raya la demencia senil.
4. Pone a raya la grasa. Si se consume de forma moderada, el vino puede ayudar a eliminar la grasa, ya que evita que se formen nuevas células de grasa, y ayuda a movilizar a las existentes. Pero ojo, si te pasas de copas, el vino contribuye de forma clara a que aumentes tanto de peso como de niveles de colesterol.
5. Tomarse una copita de vino en las comidas ayuda a mejorar la digestión.
6. También ayuda a controlar las infecciones urinarias, además de reducir la probabilidad de que se formen cálculos renales.
7. Protege tu corazón. Con una o dos copas de vino al día, te mejorarán los niveles de colesterol bueno en sangre, y te ayuará a prevenir problemas cardiovasculares.
8. Y para acabar, el consumo moderado de vino es imprescindible para acompañar tapas y platos, potenciando el sabor de los mismos, y proporcionándonos un placer incalculable a todos los que nos gusta celebrar la vida ¿Qué sería de un buen queso, o de un ternasco bien asado en el horno, o de un rico embutido del Pirineo, sin una copa de vino en la que bañar estos manjares?
Fotografías: José Fernández Catering y Pinterest