La primavera es una época en la que todo vuelve a la vida. Los campos comienzan a florecer, mejora la temperatura, los árboles se visten nuevamente de verde, los días son más largos… y las bodas comienzan a celebrarse nuevamente de forma masiva. Y es que, ¿hay algo más bonito que una boda en primavera?
Las bodas de primavera son sumamente inspiradoras, porque son perfectas para llenarlas de color y de ese toque fresco que tanto nos gusta. Los ramos pueden llenarse de flores silvestres o de especies como los ranúnculos, al igual que la decoración floral, o incluso la candy bar.
Los tonos pasteles vivos inundan la decoración, aunque también hay muchas novias que apuestan por vivos colores para ir en consonancia con las tonalidades que inundan la naturaleza en estos días, con alegres tocados con flores, para llenar las mesas del banquete de color, o para plasmar alegres florecillas pintadas en acuarela en las invitaciones de boda.
Las decoraciones con almendros o ciruelos en flor, las mariposas, parajillos, jaulas, o bucólicas decoraciones compestres son perfectas para estos meses que preludian la llegada del verano en los que fincas como Los Jardines del Canal o Torre del Pino están ya resplandecientes con los jardines en plena eclosión. Jardines en los que encajan perfectamente decoraciones con cortinas de flores, nuestras estaciones para el cóctel, o rincones llenos de encanto y de flores para poner los detalles que vais a regalar, o el libro de firmas.