El vino es parte de nuestra cultura, de nuestras celebraciones, de nuestro día a día… Lo maridamos con los alimentos para extraer todo su sabor, lo tomamos en las grandes celebraciones, en las comidas o en las cenas importantes; en las bodas, en las fiestas de empresa, o en un delicioso cóctel.
Tomado con moderación, el vino es incluso saludable para nuestra salud. Pero aunque está tan presente en nuestras vidas, no siempre lo tomamos como hay que tomarlo. Hoy vamos a repasar algunas cosas que hay que hacer para tomar el vino en perfecto estado y sin estropear sus cualidades.
El vino hay que tomarlo a la temperatura adecuada.
Es muy común tomar el vino blanco o el cava helado, o el vino tinto a temperatura ambiente. Un grave error en ambos casos. En el primer lugar, el del vino blanco o rosado, hay que tomarlo fresquito. Todo dependerá del tipo de vino, pero como regla general, el vino blanco o rosado hay que tomarlo a una temperatura que oscila entre los 7º y los 10º. Si lo tomamos más frío, o incluso congelado, es imposible apreciar el sabor y los matices que nos ofrece el vino. De hecho, nos dará igual tomar un vino increíblemente bueno o un vino extremadamente malo, porque el frío nos impedirá distinguirlos. Y por supuesto, olvídate esa costumbre de añadir cubitos de hielo al vino blanco o al rosado.
Respecto al vino tinto, también hay que olvidarse que hay que tomarlo del tiempo ¿El motivo? Que no es lo mismo el tiempo que tenemos en pleno verano que el tiempo ambiente que tenemos ahora que estamos a punto de comenzar la Navidad. Por eso, el vino tinto hay que servirlo a una temperatura de unos 15º o 18º como máximo. Además, ten en cuenta que el vino tinto se irá calentando al estar en la copa o en la botella en la mesa.
La copa no hay que llenarla
Aunque muchas personas piensen que hay que llenar la copa hasta arriba, nada más lejos de la realidad. La copa hay que llenarla siempre algo menos de la mitad, en torno a las 2/5 de la capacidad de la copa. Si echamos más, el vino se calienta antes, y además, con la copa llena, tampoco podemos moverla para apreciar su aroma.
Marida, que no pasa nada por cambiar del tinto al blanco
Cada vino marida a la perfección con un tipo de alimento. Como regla general, los blancos combinan a la perfección con pescados y mariscos, y los tintos con quesos, embutidos y carnes. Y además, cada vino o cada denominación de origen tiene unos alimentos con los que marida de una forma ideal. Aún así, siempre hay gente que solo toma vino tinto, o que solo toma vino blanco. Un error garrafal, ya que hay que tomar siempre el vino que más se adapta al tipo de comida que estamos tomando, para disfrutar mejor tanto del vino como del plato.
Fotografías: Doblestudio