¿Podemos comernos la corteza del queso?

Hace unas semanas servimos en un cóctel de una de nuestras bodas una de nuestras espectaculares barras de quesos. Y en ese contexto, una de las invitadas le preguntó a uno de nuestros camareros si la corteza del queso podía comerse, ya que siempre que comía queso le asaltaba esa duda. Y ciertamente, esta es una duda que tiene mucha gente a la hora de degustar este delicioso producto ¿Se pueden comer las cortezas del queso?

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Y la respuesta es bien sencilla… Depende de la composición de la que está hecha la corteza, y por supuesto, del gusto de cada uno, ya que hay personas a las que nos le parece nada apetitoso comerse la corteza de un queso Brie, y a otras personas les da absolutamente igual.  Como regla general, las cortezas naturales, que han sido sometidas a procesos de lavado y cepillado y que a veces están recubiertas de moho o pelusa, sí que pueden comerse. Entre estos ejemplos están el citado queso Brie, el Camenbert, el Roquefort, el Emmetal, o el Idiazabal.

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En cambio, los quesos que llegan recubiertos de una corteza artificial no pueden consumirse. En este tipo de quesos la corteza suele presentar un aspecto brillante que podría pasar por plástico en ocasiones al estar realizada la corteza por ceras y materiales sintéticos. Y si quieres saber más, aquí te dejamos la legislación oficial publicada en el BOE. Y tú, ¿eres de los que les gusta comerse la corteza del queso mientras degustas a la par una buena copa de vino?