La rosa es una de las flores más bellas por antonomasia. Considerada la reina de las flores, es delicada y salvaje a la vez, con esas espinas que rodean sus tallos, y esos elegantes pétalos que sirven también a a veces para echar en las bodas. Con más de 20.000 variedades de rosa cultivada en todo el mundo, la historia de la rosa es amplia.

Se han encontrado rosas fosilizadas que datan de hace 40 millones de años, y ya en el 270 a.C, el botánico griego Teofrastro hablaba de la rosa de cien pétalos. En Roma, la rosa alcanzó una tremenda popularidad. Dicen que de las fuentes de los emperadores manaba agua de rosas, que usaban pétalos de rosa como relleno de almohadas, así como ingrediente esencial para medicinas, afrodisiacos y pociones de amor. De hecho, su aroma ha servido para enamorar a generaciones y generaciones de seres humanos.

También los antiguos romanos creían que las rosas blancas surgieron de las lágrimas que soltó la diosa Venus cuando lloraba por la muerte del hermoso Adonis. Siglos después, esta delicada flor adornó los jardines europeos medievales, o los de la Ilustración. Y dicen que el mismísmo George Washington cultivaba rosas en su jardín al otro lado del Atlántuci.

Ya en la actualidad, además de cultivarse por todo el mundo para deleite de paseantes y amantes de parques y jardines, la rosa se usa para cocinar, y para preparar helados y pasteles. Y por supuesto, para decorar. La rosa simboliza el encanto, la cortesía, la amabalidad. En la clásica obra de Shakespeare ‘Romeo y Julieta’, se dice “Soy tan cortés como el color rosa”.

Y en José Fernández, entre otras muchas flores, nos encanta utilizar la rosa como elemento decorativo, para crear ambientes delicados, elegantes, llenos de color y sensibilidad. En una mesa, en un rincón, en un cenador… La rosa es una flor que nos gusta, porque sabemos que pone el punto de elegancia a vuestras celebraciones ¡Os dejamos con algunas de las creaciones florales que decorar nuestras fincas!